sábado, 17 de febrero de 2007

Mirando a través de un cristal diferente

Día feo, está lluvioso, hay humedad... las nenas están aburridas pero no hay mucho para hacer salvo entretenerse en casa... así que sacamos las pinturas, recogimos hojas caídas de los árboles, las secamos, y nos fuimos a hacer manualidades...

Mientras ellas hacen obras abstractas con las hojas, pinturas y retazos de tela y papel yo me dedico a hacer las decoraciones, invitaciones, souvenir y bolsitas para las sorpresitas para el 2do. cumpleaños de Delfina, que este año va a ser de los Backyardigans que a ella le encantan. Me encanta compartir y disfrutar estos momentos con mis hijas...

Y últimamente he estado pensando mucho... e increiblemente dos chiquitos muy chiquitos son los que me hicieron replantear la ubicación de un par de cosas en la jerarquía de mi vida...

Lo que me resultó llamativo no es el hecho de que normalmente nos preocupamos por nimiedades y dejamos de lado lo verdaderamente valioso, la salud, el amor, la felicidad... sino como en ese momento nos resulta totalmente normal... igualmente creo que es natural... algo así como lo que planteaba Maslow con su Pirámide en relación a la jerarquía de necesidades... en la medida que uno tenga cubierto el piso inferior de la pirámide, aspira a lograr el siguiente... supongo que casi siempre será así...

Cuando uno tiene a un hijo enfermo, así sea de algo tan simple como catarro o gripe, se siente que nada más importa... pero de verdad, absolutamente nada más importa, cuando el chico se mejora entonces ya volvemos a preocuparnos por cosas más banales o superficiales, que estarían en el siguiente escalón...

Estos días me he dado cuenta de que para algunas personas su nivel de preocupación principal está en un nivel diferente del nuestro... no es ni mejor ni peor, simplemente es diferente pero si bien parece una obviedad, para los que tenemos la suerte de no tener mayores preocupaciones permanentes no es algo de lo que nos demos cuenta todos los días...

Supongo que en mayor o menor medida una situación permanente modifica la visión de todo el mundo alrededor de la misma... seguramente yo no volveré a dar por sentado un montón de cosas... la vida cambia en un segundo... y hasta ese momento lo mejor que podemos hacer es vivirla, disfrutarla, ser felices y sobre todo, no preocuparnos por cosas que si bien nos pueden parecer importantes en un momento no inciden realmente en los aspectos importantes de nuestra vida: salud, amor, felicidad...

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