miércoles, 16 de junio de 2010

Los hijos...

Qué difícil es a veces ser objetivo con los hijos propios... que difícil es aceptar que un hijo no es lo que uno espera, lo que uno sueña o lo que uno quisiera. Qué difícil es asumir que el chico no es el mejor en esto o lo otro, que hay otros que tienen mejores notas, o mejores capacidades para tal o cual cosa... lo que los padres deberíamos pensar cuando uno de esos pensamientos se nos viene a la cabeza es que nuestros hijos no serán los mejores en tal o cual cosa, que Fulanito es mejor en eso pero que nuestro hijo es mejor que Fulanito en OTRA COSA... por cada cosa en la que nuestro hijo no sobresale, hay otra en la que sí sobresale... y por encima de todo deberíamos aceptar que nuestros hijos son como son, yo no quiero hijos perfectos, quiero hijos felices. No quiero hijos que se sobreexijan para ser los mejores sino que quiero que rindan, que sean buenos en lo que hagan pero que además sean felices, quiero un equilibrio para ellos, quiero que sean buenas personas, que sean queridos, que sean respetados, que sean educados, que tengan valores y respeto por los demás. Que los reconozcan por ser buenos seres humanos, por sus valores y por sus éxitos también, claro que sí, pero que sean éxitos logrados con felicidad y amor, no con exigencias ni esfuerzos desmedidos... No quiero hijos sobreexigidos y superexitosos, quiero hijos talentosos en la medida que puedan, que se exijan sí, pero dentro de sus posibilidades y sus límites, que se acepten como son, con sus logros y sus fracasos, y por encima de todo quiero hijos alegres, felices y llenos de amor, paz y tranquilidad.

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