sábado, 25 de setiembre de 2010

Kahlil Gibran - Tus hijos

TUS HIJOS

El Profeta

Kahlil Gibran


Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no pueden visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tu eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.



















miércoles, 15 de setiembre de 2010

Para Bruno del Abuelo

Mi chiquito de 2 años es loco por las motos... tanto que de vez en cuando me lleva a la PC y señalándome el monitor me dice "mota", así que el abuelo le mandó este video para que se entretenga un rato.

lunes, 6 de setiembre de 2010

Porqué llora una mujer?

Un niño preguntó a su madre: «Por qué lloras?»

«Porque soy una mujer» le respondió ella.
«No comprendo» dijo él.
Su madre lo cogió dulcemente diciendo: «Nunca llegarás a entenderlo».

Más tarde el muchacho preguntó a su padre: «Por qué llora mamá? »
«Todas las mujeres lloran sin razón» fué todo lo que el padre pudo decirle.

Ya adulto, el hombre le preguntó a Dios : «Señor, por qué las mujeres lloran tan facilmente?»
Y Dios le respondió:

«Cuando hice a la mujer debía ser muy especial. La hice con una espalda suficientemente fuerte para soportar el peso del mundo pero a la vez tierna y confortable. Le concedí el poder de dar la vida y el de aceptar el rechazo de los hijos. Le dí el poder que le permite continuar luchando cuando todos abandonan y cuidar a su familia a pesar del cansancio o la enfermedad. Le dí la sensibilidad para amar a sus hijos con amor incondicional aun cuando estos la hayan herido duramente. Le dí la fuerza para soportar a un marido a pesar de sus defectos y permanecer a su lado sin desfallecer. Y finalmente le dí lagrimas para llorar cuando ella sientiera esa necesidad. Como ves hijo mio, la belleza de una mujer no está en su ropa, ni en su cara, o en la forma en que se arregla el cabello. La belleza de la mujer reside en sus ojos, que son la puerta de entrada a su corazón, la puerta donde reside el amor. Es por eso que a menudo y través de esas lagrimas podemos ver su corazón».